Esta es la frase más escuchada en los mentideros futbolísticos de los que la mayoría participan o participamos. Y es una frase recurrente, lo admito. Pero es que además es una afirmación absoluta.
Absoluta: Porque el padre lo cree firmemente. Porque es normal. Mi hija baila y está en una academia de baile. Pues bien, no he visto nunca, en montones de veces que la he visto actuar, un padre o una madre que diga que su hija baila mal. Y os puedo asegurar que entre los 5 y 10 ó 12 años, hay muuuuuuuchos niños y niñas que bailan no mal... rematadamente mal. Y sin embargo, los ojos de los padres como van a ver a un pato? Es imposible señores. Os pongo otro ejemplo más gráfico: conocéis algún padre que diga que su hijo es feo? Yo no. Si lo conocéis me avisáis... más que nada para no fiarme de él, por supuesto. Y sin embargo, no todos los niños son guapos.
Por tanto, es normal que un padre piense que tiene a Messi. Incluso habrá alguno que vea a Messi y ramalazos de Cristiano y Griezzman. Para mí si me apuráis esto es hasta loable. Amor de padres, que dirán algunos. Yo lo llamo así, por supuesto, no os engaño. Es más, ya os afirmo rotundamente que mi hija es una mezcla de Sara Varas, Jennifer López y Nacho Duato, mientras así sin querer vacilar, porque estoy absolutamente convencido, mi hijo es ágil bajo palos como el mejor Casillas y potente por arriba como el mejor Buffón, combinado con los pies del mejor Ter Steggen. Y aún así, tal como los veo cada día, creo que incluso me estoy quedando corto.
Señores, esto entra dentro de la normalidad. El problema de los padres hooligan es simplemente de educación. Ni más ni menos. Quien vocifera a un árbitro de 14 años, a un niño que le da una patada a su hijo, insulta a un entrenador... es sencillamente problema de educación. Hace 3 semanas vimos como un padre decía niñato a un alevín, a voces y de malas maneras insultando. Cómo vamos a consentir eso? Estas actitudes son las que hay que recriminar y extinguir señores. Vamos poco a poco, pero vamos haciéndolo. No todo es oscuridad.
Mientras tanto, que la Federación se encargue de mandar ojeadores a los partidos de fútbol base, donde los árbitros nos machacan constantemente en cada salida. Eso sí hay que erradicarlo. Además de formar a dichos chavales para que arbitren consecuentemente. Se llama ética personal. Y algunos ni la tienen ni se les espera.
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